domingo, 15 de septiembre de 2013

Pajarito.

Un pequeño gorrion entra en la estacion de tren y busca algo para picar entre los recovecos de la basura. Entra discreto y caminando sobre la dos patitas, sin alzar el vuelo, como si supiera que no se puede ir por ahi corriendo, perdon, volando sin mas y atropellando a los transeuntes.

Acelera dos (aleteos) y sigue buscando, se aparta levemente, deja pasar a una señora con un carrito y harto de buscar, da un ligero salto y desaparece por donde no molesta a nadie.

Nadie puede quejarse de el. Nadie es el unico ser que aguanta su cara amarga: su compañero de piso.

Viaje sin retorno.

El  destino y lo trascendental nunca fueron para mi.

Para un hombre bien-desecho, un viaje sin retorno es el placer de no comprar el billete de vuelta junto con el de ida. Viajar con gente distinta, gastar poco dinero y vivir en varios sitios.

Antes o despues uno deja de ver proyecciones sobre si mismo en cualquier parte, cruzadas y demas leyendas sobre su propia cabeza, a veces desnuda, a veces no tanto. Van desapareciendo los similes hilos de las historias de los demas, se derriten y empastan hilo a suelo, dedo a dedo, brazo a brazo con los demas...y no queda mas que mirar por el agujerito del vinilo, un disco rallado de alla por el noventa y pocos...declive de la creatividad musical.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Recobrar.

Soy un seminario andante.

Sin atender a la tecnica, me agarro a lo dionisiaco y me dejo relatar.

Mientras el androide de recuerdos camina hacia atras, el mundo se hace grande, crece y empieza a fumar.

Mi ganas se hacen pequeñas, mis arrugas mas profundas, los años pasan.

Los ves pasar desde arriba y rechazas bajar y manchar al pasar las cosas que no merecen un contacto, si quiera casual, si acaso normal con cualquier cosa suma de todo lo que te ha formado y te ha hecho ser lo que eres.

Prefieres contemplar los conceptos, contemplarte a ti y dedicarte a planear no planear nada. Que incorreccion.

Todos los veranos volvera a anochecer mas tarde, las sombras invadiran de dia los huecos pequeños y las grandes espaldas de los grandes cuerpos materiales, por la noche, la sombra sera el refugio de la comodidad.

Pero como siempre: habra un roto, un atajo, una falla.

A la hora de sudar, las arrugas no son apenas una exageracion del reflejo de una paranoia auto-moralista.

A la hora de cansarse, prefiero cansarme pensando.