Liviana sin "c", esa peliculera letra, maldita de una caida desinfinita.
Felicidad, la zanahoria del burro de nuestra estetica, el manual de la vida, el devenir reglado, la meta de los obtusos.
Se suele hallar en ecosistemas aterciopelados, detras justo de las cortinas de la fantasia mas credula. Como un yunque cae sobre la hipertrofia que procedera a desincharse, efecto del contenido fangoso de tal concepto fuera de la esfera de la lucidez.
Mas, no es la unica botella de la que tragar, embriagarse de felisidad, mas ligera, en largos periodos de tiempo de semi vigilia, templada como la costa y facilmente pronunciable.
Es la opcion del que no espera mas que levantarse todos los dias y no pide mucho: un paseo, un paisaje, una cancion. Una partida de domino con el destino.
Una silla en cañero alla por 1960 y pico y un balon de trapo lleno de piedras.
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